miércoles, 23 de mayo de 2018

"UNA MUJER DESNUDA ESCRIBE EN UN CUADERNO" / JAIME TAPIA

 

Les cuesta crecer
a los tallos de la noche 
La casa cierra los ojos
y piensa en sus antiguos moradores 
Un pájaro raya con el ala
la ventana de la buhardilla  
Una mujer desnuda
escribe en un cuaderno 
Y se mira de reojo
la cicatriz de una cesárea  
La noche penetra
las entrañas de la casa

 

Comentario.

Este poema está cargado de magia. Nos parece contemplar una pintura surrealista. Presenta la escena de una mujer desnuda en un espacio elevado e íntimo, como es una buhardilla. De pronto se siente el sonido similar a un rasguño. Es un pájaro que ha tocado con su ala el vidrio de la ventana. 

Afuera, en la oscuridad de la noche, lentamente crece la vegetación. La casa tiene vida propia y recuerda nostálgica a sus antiguos moradores. Tal vez no le agrada la presencia de esta escritora desnuda, que bien podría ser la modelo de un pintor en su buhardilla. 

Pero hay algo que le preocupa a ella, más allá de lo que escribe, y es esa cicatriz que dejó la cesárea en su bello cuerpo. Nada puede ser perfecto: la huella del parto en su piel es como ese rasguño del ave en su ventana. Siempre la oscuridad termina por invadir los espacios luminosos. 

Hay dos elementos que corren paralelos en el texto: la mujer y la casa. Ambos son femeninos y sufren la irrupción de un agente oscuro. Una, la huella que afea su piel; la otra, la oscuridad de la noche.  

Observemos que la mujer escribe en un cuaderno ¿Será su diario de vida o los poemas que le dicta la inspiración? Así como el ala de un pájaro raya la ventana y el bisturí del médico rayó su piel, ella raya el papel para escribir.   

La casa y la mujer son una misma cosa. No es la casa que cierra los ojos y piensa en sus antiguos moradores, sino la dama desnuda que recuerda a su amado. Su recuerdo es triste, una verdadera noche que penetra sus entrañas. Quizás esta mujer escribe acerca del abandono  y el término del amor, un motivo frecuente en la poesía. 

Podríamos decir entonces que este personaje representa a Calíope, la musa de la poesía, o a la Poesía misma que, desnuda, muestra sin tapujos la intimidad de sus sentimientos y observa siempre las huellas que quedan de sus heridas.

 

 

 

martes, 15 de mayo de 2018

EL CIELO EN MIS MANOS


 
 

José Ponce Vicencio
 
A mis padres
Ernestina y Alfredo 

Hundida en los brazos de un sinfín de montañas
imperio de mis sueños capital de villorrios
está Quebrada Alvarado en donde se dan cita los arcoíris
pasaje obligado de los vientos   en tus raíces coseché aventuras
el tiempo te olvidó y siempre de pie esperando la primavera

ahí escuché las aguas en su lenguaje de piedras
llamándonos en ruegos   manantial de palabras
en donde las horas no estaban presente y las sombras de los árboles jugaban
e iban lentamente para alcanzar los puentes
las montañas cuelgan del cielo donde el viento se esconde por las noches

ahí comenzaron los caminos de mi vida
corría descalzo para atrapar mis golondrinas   el sol fue testigo
Quebrada Alvarado es el centro mismo del origen de la vida
en donde mis padres nacieron del centro de la tierra   ahí donde nacen las luces
llevaba en mis bolsillos el sol y la luna
en donde dejé mis pisadas desnudas sobre los cardos florecidos
los lirios negros y rojos subían al firmamento
como lo hacían las parras cargadas de mieles
y las aguas de los arroyos soñaban con tener cuerpo de mujer

los árboles eran tan inmensos que se besaban cerca del firmamento
donde la noche se escondía en sus follajes
y el sol saltaba de rama en rama   las nubes quedaban atrapadas

muchas veces viajé en las alas de mis golondrinas
planeé en los trigales de oro y el cielo lo tenía en mis manos
en su calle polvorienta   desnuda   nos entreteníamos jugando
como si estuviéramos en los brazos de la luna

a orillas de los potreros tendidos los álamos se formaban
como soldados sublimes cuando van a la guerra
cerca de las chacras habían caballos celestes   vacas rosadas y verdes
las ovejas y las cabras se iban jugando montaña arriba a visitar las estrellas

en mis noches celestiales veía soles azules   osos de plata volando
que jugaban conmigo en el tejado de mi pueblito cordillerano
los pájaros con sus cantos escribían en el cosmos mensajes que hacía reír el sol
me gustaba ser habitado por el viento
y reír a carcajadas cuando atravesaba los cielos de mi aldea amada

caminaba desnudo entre mis lirios negros y rojos
gusanos y caracoles me daban la bienvenida
y en una pileta con peces de colores dormía la luna

a los pies del Roble en donde brota luz de las piedras   nacen Las Palmas
y que guardan entre sus follajes las huellas de mis padres
mi madre fue una heroína de una familia pobre
desde muy joven trabajó la tierra con sus manos
amasando dolores y el pan de cada día    es ella quien adorna mis días
mi padre fue quien le dio forma a los árboles y le hizo la silueta al sol

Quebrada Alvarado nido de mariposas
con ese trozo de firmamento que naces cada mañana
con un pedazo de sol en tus venas   besando el alba
en esta lejanía tan próxima que me haces temblar de ensueños
y que entre mis brazos te llevo   te vivo estando lejos

esa luna que alumbraba los senderos de seda
que parecían arrodillarse a nuestros pasos   el camino venía al arriero
mi casa estaba plantada en medio de un jardín de flores
y mi madre la adornaba con sus grandes ojos negros y su cabellera dorada
con sus caricias y sus besos hacía temblar la tierra

Quebrada Alvarado eres mi cielo del fin del mundo
mandamiento del amor   donde mis padres nacieron dándose besos
mis recuerdos como un tropel de mariposas de multicolores atraviesan la tierra

para subir al cosmos   tomé ese infinito camino de la cuesta de La Dormida
una rama llena de oro me besó mis mejillas
en donde La Vega dormía desnuda en los brazos de las piedras
un Venado hacía la guardia   y un manojo de estrellas acarició mi frente

Lo Castro    en su reino   con sus leones furiosos   soñaba
y muy arriba    en los manantiales   cerca del infinito
brotaba el agua como si fuera de oro
Colliguay estaba al otro lado del mundo
ahí viví feliz en los brazos de un sinfín de montañas
y en medio de gorjeos interminables sentí el delirante trote de la noche

Los Maquis dorados de oro pulido   guarda en sus montañas los caminos del indio
un mundo nuevo   de paisajes de ensueños   se fueron sucediendo
y fue así que llegamos al fin del mundo con una estrella en la mano
en donde las cabras salvajes tenían sus nidos
y las águilas con sus alas acariciaban mi pecho